Un día como hoy, 8 de agosto pero de 2008, hace ya nueve años , partía Carlos Lacava Berardi, el comunicador que entre el poder político y económico, prefería quedarse con el poder moral.
Los años pasan, la tecnología y los formatos a la hora de informar cambian, pero la esencia en cuanto a valores y principios a la hora de informar, siguen siendo las mismas.
Tiempo atrás, Rodolfo “Fito” Lacava, uno de sus hijos escribió algunas líneas en el blog semecanta.com, donde describió su don de buena persona en los diferentes ámbitos en los que se desempeñó.
Tus ojos son los míos. Fiel amigo en mi loca infancia durante tantas noches de luna llena y en las infinitas noches que vendrán.
Quizás nunca te diste cuenta, pero me enseñaste tantas cosas en la vida que resulta imposible poder aprender todo ese legado.
Incansable ante el sonido impertinente de un despertador que no se detiene.
Tu voz inmortal desde una radio lejana se transformó en el eterno regalo del viento.
Tus ocurrencias para despertar con sonrisas se mezclarán por siempre con la seriedad de un hecho que pasó a ser noticia.
Apasionado de un periodismo verdad que ya no existe.
Dueño indiscutible de un teatro que aún extraña tu presencia.
Sus máscaras te hacen guiñadas cuando oyen de cerca tus pasos.
Es allí donde se miran frente a frente, se extienden la mano y se enciende la luz roja, porque ambos saben en su interior que a pesar de todo el espectáculo debe continuar.
Tus ojos son los míos, y aunque estuvieras viviendo el peor momento de tu vida fuiste capaz de disimularlo con una mueca.
Me resta pedirte disculpas por todos los besos que no te di, por los abrazos que me perdí y por aquella noche que decidí separarme de tu lecho cuando creía haber dejado de ser niño.
Ahora recién entiendo cómo se llega a ser un hombre y de lo que es capaz un padre por un hijo.
Te quiero hasta el infinito.
*Texto: Rodofo Lacava
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