El crimen de Albérico Cedrés, conocido entre sus allegados como Chingo, ocurrido en mayo del 2016 en la zona de Chamizo, podría quedar impune.
El hombre, de 79 años de edad, había sido ultimado a golpes para robarle unos 700 mil pesos uruguayos.
Según publica este sábado el diario Primera hora, a fines del 2016 una mujer se presento espontáneamente ante la Policía para indicar que junto a su esposo habían trasladado en auto al presunto asesino a cambio de la nafta, hasta un lugar cercano a la casa de Cedrés.
Asimismo indicó que este sujeto, con quien tenían una relación de vecindad, «boquillaba» que había matado a una persona mayor por plata.
Sin embargo, y a pesar de las características de este testimonio, las actuaciones no tuvieron mayor avance.
Esta semana, el matrimonio fue detenido nuevamente y esta vez fue el esposo quien relató con lujo de detalles lo que pasó.
Señaló que incluso, cuando regresaban a San José, el presunto implicado se desprendió de su ropa ensangrentada en Picada de Varela.
Los investiadores daban como un hecho que el caso estaba resuelto. Sin embargo, surgió una contradicción que echó todo por tierra: la mujer se desdijo de todo lo que había declarado y, a raíz de ello, la Fiscalía pidió el archivo del caso.
- Lee también: Mataron a un productor rural en Chamizo