En una ciudad que diariamente genera 70 toneladas de basura según estimaciones de la Dirección de Higiene de la Intendencia, para que la mugre no nos tape, alguien tiene que limpiar. Quienes lo hacen ven una arista de los maragatos que muchos ni perciben y que de hacerlo probablemente los avergonzaría, o por lo menos, debería.
Alexis García tiene 36 años de edad y desde hace cinco se desempeña como barrendero en San José de Mayo, la ciudad en la que nació pero que dejó a los cinco meses de haber nacido para irse a vivir al campo. Estudió en la escuela Nº 26 de Puntas de Valdez. A los 17 años retornó a la capital josefina donde se desempeñó como repartidor en una farmacia, en una pollería y en una carnicería. En el año 2011 llevó su currículum a la empresa Goncla y al tiempo lo llamaron. Desde que aquello sucedió Alexis no ha parado de limpiar las calles de la ciudad, principalmente las del centro.
La alarma de su celular suena todos los días, incluso los fines de semana, a las 4:30 de la mañana. En un mes de julio gélido como el que atravesamos, lo que para muchos puede ser una tarea titánica como desprenderse del calor de las frazadas, parece no afectar la voluntad de Alexis. “No me cuesta arrancar, llega la hora y estoy de pie, soy uno de los primeros en llegar al galpón”, dice. Una hora más tarde, ya vestido con el uniforme reflectante, sale para la empresa que desde su casa le queda a 15 cuadras de distancia.
Cuando el reloj marca que faltan algunos minutos para las 6:00 se encuentra con el resto de sus compañeros, 11 en total, hombres y mujeres de entre 20 y 65 años de edad que vienen de diferentes barrios como el Colón, Las Palmas, Cementerio, Arriaga, Hipódromo y Raigón, entre otros. Limpian el centro, pero todos viven en barrios.
Trabajan “en yunta” y deben cubrir cinco circuitos comprendidos por diferentes calles, a los que se les suman las peatonales y las plazas Treinta y Tres, Independencia y Arriaga. Hasta las 12 del mediodía tienen tiempo para ejecutar su labor.
Toman algunos mates para entrar en calor, comentan algo y salen con su carritos, escobillones, palas y bolsas para recoger la mugre que del día anterior ha quedado de los maragatos.
El escenario debe quedar impecable para los actos de la rutinaria obra de la vida ciudadana, que en el caso de San José de Mayo cuenta con un total de 36.747 actores, y todos generamos nuestra propia basura, todos los días, todo el año.
El recorrido de Alexis comprende las calles Ciganda hasta Bengoa y desde Ituzaingó hasta Colón. A las 7:30, después de ya haber estado limpiando el tramo antes mencionado, comienza con las peatonales y la circunvalación de la Plaza de los Treinta y Tres Orientales.
San José Ahora le pregunta a Alexis si le gusta lo que hace y si estaría dispuesto a cambiar de trabajo, él responde: “Me gusta lo que hago, si se diera la oportunidad por algo que sea seguro sí, sino no”, y agrega que “cuando hay más trabajo es en el otoño, por la caída de las hojas de los árboles y en las fiestas tradicionales de Navidad y Año Nuevo o cuando hay algún evento en la plaza de los Treinta y Tres”.
Cuando lo consultamos por cómo está la calle en cuanto a riesgos, dice que “hay gente de todo tipo, algunos te miran mal, hay conductores que cada tanto te tiran algún finito”.
El trabajador reconoce que la situación es más tensa en la actualidad que hace cinco años cuando recién había ingresado a la empresa de limpieza. Dice haber visto varias escenas como peleas de parejas, borrachos cayendo de bicicletas, acaloradas salidas de bailes y hasta sentir que andan a los tiros. Señala que “los días más complicados son los domingos de madrugada”. “También hemos sido testigos de situaciones como robos a viviendas y a locales comerciales. En esos casos llamamos al 911”, relata.
- Contenedores, un problema en toda la ciudad
Encontrarse con contenedores desbordados es algo que se repite todos los días. Alexis explica que “el tema para por que las casas de comida dejan las bolsas de residuos afuera y entre los perros y los hurgadores desparraman todo, es en todos los contenedores, pasa en el centro y en los barrios”.
Le formulamos a Alexis otra pregunta que duele: ¿los maragatos somos sucios?; él responde después de un silencio lanzando una frase que nos llama a reflexionar: “un 15% es limpio, el resto, para nada”.
A continuación una serie de imágenes captadas por los propios barrenderos, que evidencian lo que dice Alexis:
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*Por César Reyes