El pasado 29 de julio se cumplieron cuatro años de que el jefe comunal, José Luis Falero, anunciara la voluntad del gobierno departamental de hacerse de un sector del inmueble para darle un destino y resolver definitivamente los problemas que por años ha generado hacia su entorno.
Las últimas comunicaciones entre la Intendencia y Catastro datan de hace al menos un par de meses.
El último pedido del organismo nacional a la comuna fue un relevamiento cartográfico. Ese trabajo fue llevado a cabo por la Dirección de Arquitectura; tras serle elevado, no han existido más contactos.
De todas formas, las idas y venidas con el fin de obtener la tasación se han sucedido durante, por lo menos, el último medio año.
Cuando la Intendencia reciba la misma, procederá a realizar las comunicaciones de rigor a fin de que eventuales actores vinculados al sector que se pretende expropiar puedan interponer los recursos que consideren pertinentes.
El área con la que la ISJ pretende quedarse, que es la que da hacia calle Asamblea, es propiedad de la Liga Antituberculosa, una institución de nula actividad durante las últimas décadas.
«Vamos a pasar este período prácticamente en esta situación» comentó el Dr. Carlos Fajardo, abogado de la Intendencia que tiene a su cargo el asunto.
Fajardo dijo no estár seguro de que la expropiación pueda concretarse antes de que culmine la actual administración.
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