Lo dijo el candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, quien en su cierre de campaña se mostró optimista. Siente que el país vive un tiempo de cambio. Siente que el Frente Amplio va camino a perder el gobierno.
Manuel, Violeta y Luis Alberto lo esperaban al costado del vallado. Estaban sonrientes. Él entra tranquilo. Se muestra contento. Dedica varios minutos para las fotos y al ver a sus hijos, les da un beso en la cabeza a cada uno. El mismo saludo que al cerrar la interna pasada. El más chico le hace una broma y vuelve a sonreír. Luis Lacalle Pou recuperó la alegría y la fuerza para contagiar al público que se acercó a Las Piedras para escuchar su último discurso antes de las elecciones del domingo.
El candidato del Partido Nacional es optimista. Siente que el país vive un tiempo de cambio. Siente que el Frente Amplio va camino a perder el gobierno. Siente que es su momento, y siente que la ciudadanía inició una “ola de alternancia”. Todo eso siente y aprieta los dientes para controlar su ansiedad.
Sabe
que no se puede confiar, porque eso ya le pasó en la pasada campaña donde la
noche de la elección se llevó un fuerte revolcón con Tabaré Vázquez. Por
eso sabe -también- que en la noche del próximo domingo conocerá si se le cumple
el sueño de ser el elegido para cruzarse la banda presidencial el 1° de marzo
de 2020.
Lacalle Pou llegó al cierre de su campaña con un sentimiento agridulce. Él y su
equipo son conscientes que realizaron una campaña con todo lo planeado, donde
entienden que no cometieron errores y donde las cosas se fueron dando en
función de los tiempos programados.
Pero el viernes pasado se les sacudió toda la estantería y el episodio del intendente de Colonia, Carlos Moreira, les cortó la alegría. Trabajaron para que no se notase. Pero el equipo que venía avanzando en “modo avión” debió distraerse para cortar de plano las posibles consecuencias del episodio.
Lo hicieron. El sábado el candidato se quedó sin voz. El lunes casi que no podía hablar. Pero ayer apeló a la fuerza familiar y se volvió a plantar con la misma impronta.
Agradeció.
Se emocionó. Dejó unos minutos para que la militancia lo aclamase al grito de
“¡Presidente! ¡Presidente!” y apeló a la fórmula que sus seguidores esperan
desde la platea: las críticas al Frente Amplio.
Ayer el candidato blanco transmitió calma a la militancia de que se viene “la
ola de alternancia” en el poder.
Apeló a la misma imagen que el oficialismo eligió para contagiar y despertar a
sus votantes: la ola. Y le puso a la gente en negro sobre blanco lo que para él
es la disyuntiva de la elección. De un lado el Frente Amplio y del otro el
resto, la oposición.
Para Lacalle Pou la ciudadanía se enfrentará a una “cruz de camino” y
el domingo depositará la confianza en una de las dos opciones.
“Y no hay devolución” después de poner el sobre en la urna dijo el blanco.
Por eso destacó que el domingo “se parten las aguas” y así explicó la
diferencia entre las dos opciones.
Dijo
que de un lado está el Frente que defiende las dictaduras de Chávez, Maduro y
la cubana, y del otro lado toda la oposición que defiende los derechos humanos.
De un lado el oficialismo que ante un homicidio “disparan de la responsabilidad
y no se hacen cargo”, y del otro lado los que están ansiosos de ejercer la
autoridad y castigar a la delincuencia. De un lado el Frente que deja
desempleo, inflación, cierre de empresas, deuda y déficit creciente, y del
lado, donde se colocó junto a los otros partidos de la oposición, quienes
prometen respetar los dineros públicos.
“De este lado quedan partidos políticos que van a manejar de forma austera, que
van a generar más políticas eficientes”, remarcó. Y del otro lado colocó al
partido de Daniel Martínez que tiene ministros y jerarcas de gobierno que
recordó que hacen campaña electoral con la plata de la gente.
Lacalle Pou cerró esa lista recordando su impronta de “la positiva”. “De este
lado queda la gente que nunca tuvo que hablar mal de nadie para conquistar un
voto”, dijo, y del otro lado “los que hacen cualquier cosa para conquistar un
voto”, agregó.
El blanco transmitió optimismo. Esperan las últimas encuestas y mantendrán la cautela. Sienten que les llegó el momento, pero ven con respeto la efervescencia del final del Frente Amplio.*(Fuente: El País-P.S. Fernández/Foto: Fernando Ponzetto)
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