Frente al edifico de calle Asamblea, y con escenografía «playera», quienes forman parte de la Comisión pro Balneario Arazatí exigieron a la ISJ ser convocados «a la audiencia ya solicitada».
Fueron una veintena las personas que participaron de la concentración, entre sillas, sombrillas, conservadoras y una carpa, instaladas a la entrada de la sede de la comuna.
Cartelería haciendo alusión a la ausencia de servicios también fue parte del entorno, que también incluyó la tranquera móvil con la que días atrás se movilizaron en Boca del Cufré y Kiyú.
Mediante una proclama leída por una de la intgrantes del grupo, -también conocido como «Los Tucu Tucu»- exigieron «se nos convoque a la audiencia ya solicitada». La instancia es para intentar alcanzar un acuerdo con la ISJ sobre la construcción de un camino de acceso a la costa alternativo, en virtud de la situación del camino principal, que se enceutnra cortado por una portera colocada por la familia Voulminot.
También pidieron «dialogar y ser escuchados. Pedimos respuestas. Queremos participar de los acuerdos y en el proyecto. Pedimos ser tenidos en cuenta para todas las decisiones que se tomen con respecto a Arazatí. No aceptaremos que se haga sin nuestra voz», afirmaron.
Previamente, aclararon que no son exigencias «caprichosas. Arazatí tiene una vastísima historia que como sociedad debemos recuperar, conocer y transmitir. No es sólo arena, agua, sol y sombra», subrayaron.
Arazatí es «un balneario potencialmente hermoso, que aunque lo estén devastando, tiene vida y derecho a ser protegido conservado y respetado por todos y cada uno de nosotros» dijeron.
Por ello, reclamaron también «a todos los organismos, Intendencia, DINAMA, Ministerio de Turismo, Prefectura y demás, (…) trabajar en conjunto y escucharnos para proyectar un Arazatí natural con servicios básicos».
«Los servicios y el ordenamiento de esos seis kilómetros de franja costera es mas que urgente para la convivencia de los habitantes de la zona y de los usuarios de ese punto turístico tristemente disimulado del departamento», añadieron.
Insistieron, luego, en «pensar al nuevo Arazatí con su gente, con el respeto a la comunidad de pescadores, con un espacio apropiado para ellos, otro espacio para bañistas, zona de camping, baños y estacionamiento y un ramal que sea mantenido adecuadamente en sus 23 km. de extensión».
«No perdamos la oportunidad de rescatarlo. Para nosotros se convirtió en un compromiso. Silenciarnos nos convierte en cómplices y a eso rotundamente nos negamos», concluyeron.
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