Todos los establecimientos de su tipo estaban cumpliendo, menos uno.
Las trabajadoras sexuales constituyen un sector especialmente golpeado por la crisis del COVID-19. A la precariedad y ninguneo social que ha vivido históricamente, se suma el hecho de que no es una actividad donde el teletrabajo sea factible.»Tenemos compañeras que se vieron obligadas a vivir en las whiskerías con sus hijos por no poder pagar las rentas», explicó días atrás a Montevideo Portal Karina Núñez, referente de la Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras).
«Otras compañeras igual van a pararse a la esquina porque no tienen con qué pagar la olla al otro día», agregó en la ocasión.
En los últimos días, las autoridades debieron intervenir en el departamento de Artigas, para concretar el cierre de un prostíbulo que estaba operando en medio de la cuarentena.
Aurora Barboza, integrante del equipo de la Dirección Departamental de Salud, explicó al medio local Artigas Noticias que dichos establecimientos son visitados mensualmente por inspectores. La funcionaria detalló que en la visita del mes pasado, se comunicó a los propietarios que deberían cerrar sus puertas por el plazo que duren las medidas de restricción de actividades establecidas por el gobierno.
Barboza explicó que todos los locales cumplieron con la medida, con la excepción de uno, situado «en una zona aledaña» a la capital departamental.
Al recibir esa información, las autoridades sanitarias se comunicaron con la policía, que a su vez se dirigió al lugar para hacer que las puertas del establecimiento infractor se cerraran. / Fuente: Montevideo Portal / Foto: Gerardo Carrasco