Desde hace dos años padecen la situación; los reclamos a la Intendencia y OSE no han tenido eco.
Las intensas precipitaciones de las últimas horas volvieron a dejar el problema al descubierto.
Los desbordes tanto se producen en cloacas ubicadas tanto en la calle como en veredas, y dentro de las viviendas de los vecinos afectados.
Durante esas horas se forman verdaderos lagos que hacen prácticamente imposible la circulación a pie, llegando incluso a dificultar el pasaje vehículos.
«Esto sucede desde hace aproximadamente dos años. Seguimos esperando solución de parte de OSE o del gobierno departamental», escribieron los damnificados en Facebook, cansados de soportar la situación, que se constituye en un foco de propagación de infecciones hacia todo el barrio.