“Van sucediéndose los gobiernos y seguimos en la misma: pobres intentos de recuperar la verdad sin presionar a los que tienen la verdad».
La frase es parte de la proclama leída esta noche por la militante Rosa Giménez, en el marco de la conmemoración de una nueva Marcha del Silencio en San José, cuyas características, este año, estuvieron pautadas por la emergencia sanitaria.
«Una marcha que no es marcha, distinta pero igual. Una marcha que nos iguala en las ganas de saber, en la necesidad de saber cómo sucedieron las cosas y que se sepa, por dolorosa que sea, la verdad, que tanta falta nos hace», afirmó.
Sin embargo, Giménez lamentó que «van sucediéndose los gobiernos y seguimos en la misma: pobres intentos de recuperar a la verdad sin presionar a los que tienen la verdad. Queremos una respuesta institucional a la verdad que nos falta, que tienen la institución militar y los corruptos civiles que representados hoy en el Parlamento, abogan por la no investigación ya que los culpables son pobres viejitos”, cuestionó.
«El Plenario convoca y amplía la base de la convocatoria una vez más, como en aquel 1996, cuando un grupo de maragatos y maragatas se hizo eco de la primera marcha, con Arnábal y Chabalgoity a la cabeza -por nombrar a algunas de aquellas personas- convocando al Plenario de allá lejos, seguro con Óscar Castiglia, entre muchos otros que estamos aquí, ahora», destacó.
«En este 2020 –prosiguió- se han sumado estas y estos jóvenes trabajadores, estudiantes, que estamos sintiéndonos uno al reclamar una vez más verdad y justicia, y luchar contra la impunidad una vez más”
“No abandonaremos las calles ni las luchas» concluyó Giménez, tras lo cual se inició la marcha simbólica.
A lo largo del tradicional trayecto desde Plaza «33» hasta la Plazoleta de los Mártires de la Democracia, por calles 25 de mayo y Ansina, una importante cantidad de personas se apostó en las veredas con las fotos de cada uno de los desaparecidos.
La caminata fue efectuada únicamente por Santiago Ponce y Clara Gutiérrez, integrantes de la organizaciones, quienes tras dar lectura a los nombre de cada uno de ellos, recibían como respuesta el «presente» de quienes fueron acompañando.
Sin embargo, con el paso de las cuadras se fue sumando más gente y la marcha simbólica se convirtió en real, culminando en la plazoleta con un aplauso y la colocación de una vela sobre el monolito que sostiene las placas que recuerdan a Zelmar Muchelini y Héctor Gutiérrez Ruiz.