Será bajo un estricto protocolo sanitario, según lo dispuesto por la Dirección de Deportes de la ISJ.
El uso se limitará a no más de 55 minutos y dentro de la hora establecida previamente.
Para poder concurrir, se deberá agendar día y hora previamente por el teléfono 43428677 o concurriendo a las instalaciones de la piscina. En caso de no concurrir, deberá darse aviso a los efectos de permitir a la asistencia de quienes se encuentren en lista de espera.
Salvo durante el tiempo en el que se esté en el agua, el uso del tapabocas será obligatorio en la totalidad de las instalaciones.
Solo se permitirá el ingreso a las personas que harán uso de la piscina, no así a padres y público en general para observar las actividades. En tal sentido, la Dirección indicó que para el caso de las clases de natación, los niños y jóvenes que concurran deben ser autónomos.
Antes de ingresar a vestuarios, el usuario deberá higienizarse las manos y se le tomará la temperatura, la que no podrá superar los 37,5°.
El usuario deberá asistir con todos los elementos que necesite para realizar su actividad (por ejemplo, lentes, gorra, ojotas, caramañolas, etc.) ya que no se prestarán. En caso de no llevar algunos de los efectos que son considerados imprescindibles, no podrá hacer uso de la pileta.
Del mismo modo, deberán respetar el lugar, ducha y casilleros asignados en los vestuarios, debiendo colocar todas sus pertenencias en él.
Será obligatorio, también, ducharse con agua y jabón antes de entrar a la piscina, recomendándose hacer lo mismo al salir.
A aquellos usuarios que tengan síntomas sospechosos, se les solicitará no concurrir.
La piscina se habilitará para clases de natación de niños y adultos. Para el caso de los niños será a partir de los 8 años de edad, y el aforo será de seis por profesor. Para el caso de los adultos, esa cantidad se elevará a 18.
En el caso de la piscina de hidroterapia, se estima que no serán más de tres personas, aunque podrá haber variantes en función del tratamiento que la persona necesite.
La Dirección prevé la realización de evaluaciones quincenales, a partir de las cuales se determinará si existen posibilidades de aumentar el aforo o, por el contrario, el protocolo requiere ser ajustado en algún aspecto.