Ser crítico con la información y los mensajes publicitarios que observas durante la compra de alimentos es un factor clave para consumir aquellos de calidad adecuada.
Colaboración para San José Ahora del Licenciado en Nutrición Manuel Santos.
La publicidad mal utilizada en los envases de los alimentos tiene la función de hacer creer que los productos que promueven son de calidad adecuada, que son saludables, que nos hacen crecer más fuertes o sanos, o que son necesarios para rendir cuando realizamos deportes. Si bien existen alimentos más o menos saludables que otros, todos tienen la finalidad de venderse debido a que es su negocio, siempre debes tener presente que su objetivo es vender, no educar.
Seguramente te ha pasado de ir con tus hijos, hermanos o ver a otros niños dentro de los supermercados que les piden a sus padres alimentos que no muchas veces son del todo saludables. Esto se debe a que las niñas y niños son el principal público objetivo de las empresas. Durante el desarrollo y crecimiento de los niños se están generando hábitos alimentarios que podrán prolongarse por el resto de sus vidas, lo cual resulta atractivo y beneficioso para las empresas.
Su estrategia para atraer a este grupo es aparecer en la mayor parte del tiempo durante el día, si prestan atención las publicidades de un mismo alimento las pueden encontrar en la televisión, la radio, en múltiples redes sociales del celular, en carteles por la calle, los cuales son medios cotidianos. El uso de pruebas de alimentos gratis, regalos o descuentos, envases atractivos y ubicación de los productos en puntos estratégicos de los supermercados son otras de las técnicas de venta más utilizadas.
¿Qué hacer como padres?
Según la Organización Mundial de la Salud, existe una fuerte asociación entre ver televisión y padecer obesidad infantil. Lógicamente que exponer lo menos posible a los niños frente a las pantallas es el mejor recurso. En momentos que aparezcan publicidades engañosas en la pantalla contrarrestar los mensajes que transmiten, explicando que posiblemente esos alimentos no los van ayudar a crecer o ser más fuertes, aclarando que existen opciones más saludables que si los ayudarán en esos aspectos. Lo más importante es acercarlos a la cocina y demostrarles que los alimentos caseros son tan o más ricos que las preparaciones o alimentos comprados.
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Manuel Santos
Licenciado en Nutrición