Apretones de manos, besos, abrazos y algún reclamo, fueron la constante de la caminata.
El ritual se repite cada año. El presidente Luis Lacalle Pou descendió del vehículo que lo trasladaba un par de cuadras antes del ingreso al predio de la Asociación Rural.
Vistiendo una camisa celeste, saco gris, jean azul clásico y zapatos marrones, desanduvo caminando el trayecto durante el cual se tomó decenas de selfies con los vecinos maragatos que se le acercaban. Junto a él, acompañándolo, iba la intendenta de San José, Ana Bentaberri.
Una mujer, madre de una niña que juega en el baby fútbol de Tito Borjas, se le acercó con una bandera del club tradicional club josefino y le pidió una foto sosteniéndola. Como el resto, la mujer logró su objetivo y ahora tiene una foto con el presidente de la República.
Más adelante la que se le acercó fue Marianela Diana, referente del barrio quien, al tiempo que le remarcaba insistentemente que pertenecía al Partido Nacional, le pidió que arregle el Hipódromo. “Queremos que se arregle el Hipódromo”, le dijo con firmeza. Lacalle se mostró receptivo al pedido.
Un cubano le agradeció por lo que manifestó en la Cumbre de la CELAC. El hombre se le acercó y le pidió tomarse una foto junto a él. También la obtuvo.
Una alumna dela escuela 106, que el año pasado le entregó una carta, ahora le solicitó que fuera a visitar el centro de estudio. Lacalle se comprometió a hacerlo en el transcurso de los próximos meses.