Ocurrió en Finlandia. El precio de la refacción alcanzaría aproximadamente la mitad del valor de un vehículo nuevo.
Su bien se trata de productos de moda y sumamente codiciados, los coches autónomos Tesla no son para todos los bolsillos. Su popularización se ve lastrada de momento por diversos factores. Uno de ellos es sin duda el precio (entre 50.000 y 150.000 dólares, aproximadamente y según los modelos y países), además de del carácter experimental que todavía atraviesan los sistemas de conducción autónoma.
Además, hay otra característica a tener en cuenta a la hora de adquirir uno de esto vehículos: la relación amor -odio con la batería. Esta parte del auto es al que hace que circular con él sea sumamente barato, ya que el precio de la electricidad que consume es irrisorio. Sin embargo, una vez que esta pieza falla, el costo de suplirla será grande.
Ante la disyuntiva entre costear la reparación y comprar un Tesla nuevo, el propietario decidió que no haría nada de eso, sino que regresaría al mundo de los coches tradicionales.
Para abandonar a la marca de Elon Musk con estilo, resolvió volar con dinamita su vehículo averiado, espectáculo al que invitó a su compatriota Pommijätkät, un popular YouTuber que maneja un canal dedicado a la destrucción controlada de estructuras mediante explosivos.
Tuomas, Pommijätkät y su equipo llevaron el Tesla hasta una antigua cantera en el sur del país y allí ejecutaron una peculiar sesión de fuegos artificiales, que se hizo de inmediato viral en redes sociales.
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