El jueves presenta «Palabra Plena» en el Macció.
A pocas horas de haberse conmemorado el Día Nacional de Prevención del Suicidio, el psicoanalista y escritor argentino Gabriel Rolón -que el próximo jueves, a las 20:30 horas, estará en el Teatro Macció presentando su obra «Palabra Plena»– habló en forma exclusiva con San José Ahora sobre esa problemática.
«El suicido es un tema muy delicado y muy fatal, del que a veces se decir muy poco porque ningún analista ha tenido la ocasión de analizar a un suicida, porque se mata antes» advirtió.
No obstante ello, Rolón afirmó que del suicida puede decirse que lleva una relación «muy profunda» con lo que se denomina «pulsión de muerte».
«Todo ser humano tiene una energía que lo lleva a buscar su propia destrucción. Puede parecer una locura, pero se explica fácil: ¿no conocés a alguien que fuma, que juega de más, que come de más, que se relaciona con personas que lo lastiman? ‘¿Otra vez con alguien que te engaña?‘ ¿No te llama la atención esa repetición de hechos cotidianos que hacen que alguien sufra? Eso se debe a esto que todos llevamos dentro, esa pulsión, que nace con nosotros», explicó.
Por ello, «el arte de poder encontrar una vida medianamente saludable tiene que ver con el otro costado, con el lograr que haya una fuerza que pelee contra eso y que genere una energía que lo lleve a uno a buscar cosas que le den placer».
«El ser humano es un ser de palabra y de deseo. El suicida ha perdido el deseo y decide romper su relación con la palabra. Por eso deja una carta, un mensaje, casi como si dijera ‘punto final, no hablo más’. Y cuando el ser humano rompe su relación con el lenguaje deja de ser humano, pierde esa condición que el humano tiene a partir del hecho de que habla. Rompe esa relación, y se mata. Por eso es muy difícil de ayudar, porque no habla, porque no entra en el mundo que permite trabajar desde lo analítico, desde lo terapéutico», comentó.
«Por eso hay que diagnosticar rápido quién es potencialmente el que puede logar dar ese paso fatal hacia el acto» enfatizó Rolón. «El suicidio es un acto logrado, y la única manera (de evitarlo) es diagnosticar a tiempo quién puede llegar no a morirse si no a matarse. (…) Hasta que no lo saquemos de ahí tenemos que tenerlo extremadamente cuidado. Aún así, es muy difícil», reconoció.
Consultado sobre la polémica que siempre genera el abordaje de la problemática en los medios de comunicación, Rolón respondió: «es como decían los griegos en la entrada del Oráculo de Delfos: ‘Nada en demasía’. Porque lo que está demás lastima».
«Una cosa es abordar el tema, otra es instalarlo de un modo casi obsesivo» opinó el psicoanalista, quien admitió que ello puede provocar el fenómeno de «identificación histérica».
«Si vos decís, me echaron del trabajo, no me indemnizaron, me dejaron en la ruina y te matás, alguien que está en una situación igual puede pensar que si a el también lo echaron, no lo indemnizaron y quedó en la ruina, porqué no matarse» reflexionó. «Pero no es tan sencillo matarse. No se mata el que quiere, se mata el que puede. Hay que tener una psicología muy especial» añadió.
Para Rolón el actual «no es momento de barrer la basura debajo de la alfombra. Hay que darle visibilidad pero con el cuidado necesario para no hacer de esto una exposición morbosa que pueda resultar tentadora para cualquiera».
«Alguien que ve que la cara de un suicida está en todos lados, que lo conocen, que sale en los medios, aunque parezca loco puede ser algo seductor. Pero el costo es muy alto. Es preferible ser un anónimo con algunos sueños y una vida que famoso a costa de la propia existencia. Hay que abordar el tema pero sin una desmesura que pueda llegar a ser pornográfica», concluyó.
PALABRA PLENA. «El mundo nos incita a hablar por hablar. Sin decir nada. ‘Palabra plena’, en cambio, nos desafía a pensar, a transitar el laberinto de nuestro propio enigma intentando evitar las trampas de la comodidad. Porque las cosas importantes de la vida son incómodas. Caminamos entre el amor y la pérdida, la felicidad y la angustia, la esperanza y el deseo. Siempre de la mano de la palabra.»
«La palabra es abismo. Es al mismo tiempo herramienta y conflicto. Comunicación y malentendido. Verdad y mentira. Habitamos en la confusión. Y en esa confusión nos jugamos la vida», dice el propio Rolón al presentar su obra, que irá el jueves 21 a las 20:30 en el Teatro Macció. Las entradas puede adquirirse a través de Tickantel