Se encuentra en la parquización del Mallada.
Un monumento en homenaje a Enrique Jacobsen quedó inaugurado al mediodía de este sábado en la parquización del Arroyo Mallada. La actividad contó con la presencia de autoridades deparmentales y de la Masonería del Uruguay, a la que el recordado pertenecía.
El 12 de abril de 1861, y ante la inminencia de su muerte, Jacobsen pidió el auxilio del sacerdote de San José, Manuel Madruga. Al llegar a darle la extremaunción, el cura le pide que le entregara la documentación masónica y que abjurara de su condición.
Sin embargo, Jacobsen se negó, lo que provocó que la Iglesia impidiera su entierro en la necrópolis maragata y fuera necesaria, finalmente, una resolución del presidente de por entonces, Bernardo Berro, para que sus restos pudieran descansar en el Cementerio Central de Montevideo. Se entiende que este hecho fue el puntapié inicial para la separación de Estado e Iglesia en Uruguay.
«Fue el puntapié inicial de lo que hoy es el Uruguay laico que todos disfrutamos», dijo Mario Pera, Gran Maestro de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay, presente en el acto. No obstante ello, Pera llamó a no «hacer hincapié en lo que nos divide sino a pensar en las cosas que nos unen a los uruguayos como tales».
De la instancia también participó María Fernando Arias, tataranieta de Jacobsen: «Sabía que era muy querido por estos lares pero vivenciarlo cobra otra dimensión. Es un orgullo para nosotros que se mantenga su memoria de esta forma», expresó.
El diseño del proyecto de la obra inaugurada, ubicada sobre la calle Río Negro y 20 de Setiembre, es del artista plástico maragato Juan Carlos Barreto.