Pedro Peña: «he visto un estudiante fallecer ante mis ojos».
En una publicación que realizó en su muro de Facebook, el reconocido docente y escritor Pedro Peña expresó su «tristeza grande» por la problemática del suicidio adolescente.
Tras señalar que «es excesivamente larga la lista de mis estudiantes fallecidos» y que incluso ha visto «fallecer un estudiante ante mis ojos», Peña hace foco particularmente en «dos exalumnas muy queridas por mi» que este año «decidieron quitarse la vida».
«¿Porqué decidieron algo así? ¿Cómo es que ganó la fuerza en sus vidas la pulsión de la muerte y el silencio?» se pregunta Peña en el texto, en el que reflexiona sobre la importancia del acompañamiento y la ayuda a través de la palabra.
«No digo que sea garantía, pero sí pienso que es un inicio», manifestó el escritor. «Estoy inmerso en una tristeza grande. Por eso escribo», concluye. Su publicación, es la que sigue:
“He dudado mucho en escribir esto que van a leer. Después de reflexionar bastante he decidido exponerlo. Ojalá sirva.
Cada tanto me gusta decir que escribo con el corazón en la mano. Es una metáfora que creo resume bien ese momento de la escritura en el que no encontramos otra cosa que dolor, y con ese dolor tenemos que escribir. Muchos de los/as amigos/as que leen este muro y que también escriben saben perfectamente de lo que hablo.
En estos años de docencia ya puedo decir que es excesivamente larga la lista de mis estudiantes fallecidos. Es algo que los docentes no podemos concebir y que, en algunos casos, me ha tocado muy de cerca. He visto fallecer a un estudiante ante mis ojos, algo que no le deseo a nadie. Pero este año ha sido aun peor: dos exalumnas muy queridas por mí decidieron quitarse la vida. Las dos tenían apenas veinte años. Con las dos no nos veíamos desde hace dos o tres. Pero de las dos conservo, y conservaré siempre, recuerdos muy gratos.
Una de ellas era una excepcional dibujante. Tenía un enorme talento. La otra fue una de las estudiantes más vivaces y alegres que yo recuerde.
¿Por qué decidieron algo así? ¿Cómo es que ganó fuerza en sus vidas la pulsión de la muerte y el silencio? ¿Qué podría yo, como docente que compartió con ellas dos años, haber hecho para que aun estuvieran aquí? ¿Cómo es que no pude intervenir?
Ante todo, respeto, para ellas y para sus familias. Por eso me guardo sus nombres y les ruego que si van a comentar algo no los escriban. Pero lo que no podemos hacer más es guardar silencio y condenar este asunto al ostracismo, como tantos otros asuntos de los que no nos pronunciamos.
Gran parte de la vida y de la felicidad pasa por nuestra relación con la palabra, por nuestra capacidad de expresar la angustia a través de ella. Como docentes, además de acompañar a nuestros/as estudiantes, además de quererlos con toda el alma, debemos ayudarlos con las palabras. No digo que sea garantía, pero sí pienso que es un inicio. La palabra, las palabras que se unen y se combinan de una u otra forma, que expresan la angustia en la que estamos viviendo casi siempre, eso es lo que debemos mostrar. Me parece. Pero no sé.
Estoy inmerso en una tristeza grande. Por eso escribo.”