Una estimación aproximada del Ministerio del Interior indica que por día unos 2.000 policías no van a trabajar por estar certificados.
Eso se traduce en que, cada jornada, la cartera no puede contar para su misión con el 6% de los 33 mil funcionarios ejecutivos que revistan en la fuerza. En algunos casos, correctamente amparados en el Subsidio Transitorio por Incapacidad Parcial (STIP) por sufrir algún tipo de perjuicio físico o psicológico debido a su función, pero en otros porque “viven del vicio de las certificaciones”.
Así lo aseguró en el Parlamento el ministro Luis Alberto Heber al admitir que, en el total, puede parecer un número sin demasiada importancia. Sin embargo, reparó en que la plantilla del Ministerio de Transporte -que supo encabezar- está compuesta por 2.700 funcionarios. Por lo tanto, razonó, en Interior todos los días “falta casi un ministerio entero”. Una situación que tiene su impacto directo en la tarea policial ya que las funciones que deberían desempeñar recaen en aquellos que sí concurren a trabajar y que, entre otras cosas, deriva en “muchos policías patrullando solos” ante la ausencia de un compañero.
Por esta causa, desde setiembre del año pasado unos 810 funcionarios fueron dados de baja (según datos actualizados al 10 de noviembre) por, justamente, estar certificados de manera irregular. Así lo ratificaron a El Observador fuentes ministeriales. Eso se logró a partir de un “grupo especial de trabajo” conformado por orden del ministro que analizó decenas de expedientes cada semana. Entre otros, se comprobaron casos en que las licencias médicas se extendían desde el año 2011.
“Uno puede entender los problemas de estrés, traumas y afectaciones psicológicas de quienes ven escenas que realmente hieren la sensibilidad de cualquier persona”, reflexionó Heber. “Pero no en un policía administrativo”. / Fuente: El Observador