Entre ellos, el Centro Veterinario de San José.
En sendos comunicados, el Colegio Veterinario del Uruguay, la Facultad de Veterinaria de la UDELAR, la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay y la Academia Veterinaria del Uruguay por un lado, y el Centro Médico Veterinario de San José por el otro, expresaron su respaldo al Dr. Gonzalo Simone, tras la polémica suscitada por haber sido contratado por el Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA) -al que renunció- y las críticas de las que fue objeto por parte de organizaciones animalistas.
El primer comunicado no se refiere en particular al caso de Simone, pero hace referencia a los «varios episodios de escraches en las redes» de los que veterinarios han sufrido «en los últimos tiempos».
«El esrache público, el linchamiento mediático, las amenazas generalmente anónimas la viralización de nombres, direcciones y teléfonos de los profesionales acusados, son acciones absolutamente repudiables. Se hacen, por si fuera poco en la gran mayoría de los casos sin conocimiento de las historias clínicas ni de los fundamentos técnicos que han justificado las decisiones profesionales. Se provocan sin tener la capacidad para diferenciar entre un acto médico acertado, uno equivocado o la mala praxis. Pero en todo caso, esta práctica es absolutamente injustificada, despreciable y profundamente cobarde», afirman las instituciones firmantes.
Asimismo, exhortan a los veterinarios «que se sientan injustamente perjudicados por estas conductas a iniciar las acciones legales correspondientes, y a consultar en nuestras instituciones los recaudos a tomar”.
Por su parte, el comunicado del Centro Veterinario de San José se refiere específicamente el caso de Simone, al que expresa «su respaldo y solidaridad (…) tras el lamentable episodio público a través de las redes sociales al que fue sometido».
«Esta lamentable, repudiable y cobarde situación no es la primera que padece nuestra profesión en donde con total impunidad y por medios masivos se destroza una trayectoria profesional, la integridad moral, la armonía familiar y hasta se padecen amenazas cobardes favorecidas por el anonimato de estas redes, muchas veces, “antisociales”» expresó el Centro.
Asimismo, afirma que el «colega procedió de acuerdo a la normativa vigente cumpliendo a cabalidad con su tarea profesional, y no parece razonable que algunas ONG tengan tanto potencial destructivo frente a la actividad técnica, profesional y ética, como se le antoje a quienes las dirigen».
Finalmente el Centro hace saber que apoyará «la actitud que el colega decida tomar ante esta situación».